jueves, 14 de noviembre de 2013

¿Qué estamos haciendo con el mundo?

Un vaso de leche ya no es una simple bebida agradable con virutas de chocolate.

Son vacas obligadas a estar embarazadas e infladas con hormonas. Son las inevitables terneras que no viven más que unos meses de miseria encerradas en cubículos para reses. Una chuleta significa un cerdo apuñalado y sangrado, con la pata atrapada en un cepo, colgando hasta morir chillando mientras lo seccionan en forma de chuletas, rosbif y manteca. Incluso un huevo duro significa una gallina con las patas inválidas por vivir en una jaula a pilas de diez centímetros de ancho, tan estrecha que no puede levantar las alas, algo tan enloquecedor que le cortan el pico para que no ataque a las gallinas que están atrapadas a su lado. Con las plumas arañadas por la jaula y el pico cortado, pone un huevo tras otro hasta que los huesos se le quedan tan vacíos de calcio que se le rompen en el matadero.


Se trata de los pollos de la sopa de fideos de pollo, las gallinas ponedoras, las que están tan maltrechas y llenas de cicatrices que hay que deshacerlas y cocerlas porque nadie las compraría en el aparador de una carnicería. Los pollos de las salchichas rebozadas. De las alitas de pollo.


El único poder sobre la vida y la muerte que tiene usted lo tiene cada vez que pide una hamburguesa en McDonald's.



Mataderos, granjas industriales, fábricas donde se explota a los trabajadores. Lo quieras o no, eso es lo que compra tu dinero.


Fragmentos tomados del libro Nana de Chuck Palahniuk.

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